Intervención
El proyecto de intervención se diseñó a través de cinco enfoques relacionados entre sí. Los análisis químicos y físicos para la caracterización de los materiales y su localización. El método de intervención más adecuado y los riesgos que interfieren tanto en la salud como para los materiales de la obra. Junto al enfoque histórico, que busca determinar su atribución, interferencias e intervenciones anteriores.
Para la identificación inicial de los materiales se realizó el análisis a 14 muestras del estrato pictórico y del soporte. Al presentar una deformación en superficie tan infrecuente, se realizó un estudio con la captura de imágenes por transformación de la luz reflejada (RTI), técnica empleada para obtener datos digitales que pueden producir imágenes llamadas Reflectance Transformation Images (RTIs). Esta técnica añade a la fotografía digital, las contribuciones de la reflexión de la luz y guarda el examen sobre la forma tridimensional de la superficie.
Con el estudio radiográfico se logró determinar la relación de la formación de las grandes vesículas, con la zona de presión ejercida en el soporte desde la estructura portante. Las grandes vesículas se formaron con la emisión de gases, humedad y partículas a la superficie pictórica desde el soporte. Y la fuerza de sujeción de la estructura portante, no permitió un alabeo natural en la madera y liberar la humedad de composición de esta.
Según la distribución de las áreas afectadas, los planos de intervención se clasificaron en tres grupos: zonas con levantamientos de pintura y preparación [G1= deformaciones de grandes vejigas < 10 cm.], áreas con ampollas de un tamaño medio [G2= deformaciones > 10cm. y < 5cm.] y [G3] toda la superficie con numerosos levantamientos de pintura (en diminutas ampollas, muchas con desprendimientos).
Para abordar su consolidación, se determinó un plan de trabajo muy individualizado con cada ampolla, pensando en el tiempo que sería necesario para revertir un estrato material sin elasticidad a una cierta flexibilidad, y que permitiese ejercer una mínima presión (tratamientos de de 24 a 48 horas).
La protección, con la premisa del control visual y absoluto de la superficie pictórica, se realizó con una cobertura transparente para su inmovilización, vigilar el comportamiento de la pintura, su adaptación, flexibilidad y retroceso de la deformación.
El programa de limpieza de barnices alterados, con la retirada de sedimentos, se estableció una vez valorados los ensayos acuosos y después de realizar las pruebas de solubilidad con un test de disolventes. Se decidió conservar algunos repintes por su proximidad material con el original, evitando el riesgo de su pérdida.
Tras la retirada de barnices y depósitos alterados sobre la superficie original, se aplicó una cobertura de barniz elaborado con una resina natural cuyas propiedades como su color, solidificación, dureza o solubilidad son las idóneas para coberturas próximas a los materiales originales.
El material de relleno de las lagunas fue elaborado con los materiales afines a la composición del original.
La reintegración cromática se ejecutó en dos fases. Y el barnizado entre ambas fases de reintegración cromática, se programó en un sistema multicapa diseñado para ser aplicado con distintas resinas de bajo peso molecular y totalmente estables, planteado para cumplir funciones y propiedades distintas.
En la zona superior, se colocó un panel de madera de unos 20 cm. en la franja concebida para contener un friso decorativo, dorado y policromado.
Mediante un sistema independiente que permite su extracción sin interferir con el material original.
El propósito estético busco dar continuidad visual evitando la focalización superior.